Nadie discute que la gestión de procesos es clave para alcanzar la eficiencia en las organizaciones. De ahí que en la actualidad nos enfrentemos a un escenario inmediato de profundo cambio en el ecosistema de trabajo, en el que los trabajadores de cuello blanco conviven con Cobots (collaborative robots, o robots colaborativos) para automatizar y optimizar la ejecución de procesos.
La automatización, a pesar de ser considerada en ocasiones un competidor laboral, no destruye empleo, sino que asume tareas y funciones más repetitivas y sin valor añadido dentro de un puesto de trabajo, optimizándolo. Así, los Cobots que los programas de RPA (Robotic Process Automation) ponen a disposición del trabajador terciario, aligeran su carga de trabajo, permitiendo dedicar más tiempo a tareas que requieren de su inteligencia y sentido de las relaciones humanas. Como resultado, el trabajo se transforma y enriquece, incorporando nuevas funciones y abriendo espacio a nuevas oportunidades.
La Inteligencia Artificial (IA) ha cambiado el paradigma de la analítica avanzada aplicada a la automatización de tareas, generando algoritmos cada vez más inteligentes, capaces de acometer tareas con alto grado de especialización - hasta ahora reservadas al humano - de manera mucho más rápida y eficiente, lo que establece nuevos hitos en la evolución de la asistencia automatizada al trabajo humano. En este sentido, los implicados en el desarrollo de la IA aplicada a la robótica colaborativa tienen por delante la tarea de definir el alcance y los objetivos de aquella, de manera que se garantice la mejora de las capacidades humanas, en lugar de la mera sustitución.
Gracias a la IA, la conjunción del valor aportado por el Cobot y la supervisión del humano genera mayor valor añadido que la simple delegación de tareas en el robot. Surge así la figura del digiworker, híbrido de trabajador cualificado y software robotizado, actores que conviven de manera cada vez más habitual en plataformas colaborativas.
En última instancia, la automatización mejora la productividad de las organizaciones, favorecida por el ahorro de costes derivados de la optimización de sus procesos de negocio, y la experiencia de cliente. Para lograr estos objetivos, empresas y trabajadores deben organizarse en torno a procesos flexibles, empleando herramientas tecnológicas que optimizan el trabajo sobre la base de la experiencia del ser humano.
Además, será clave para las empresas proporcionar a sus trabajadores opciones y herramientas que permitan a estos sentirse valorados y asumir responsabilidad sobre su rendimiento, así como instaurar un factor cultural de formación permanente en toda la organización.
En este informe desvelamos las claves para acometer con éxito esta transformación de los ecosistemas de trabajo, en el que cualquier profesional convivirá en su puesto de trabajo con un Cobot cada vez más inteligente.