2020 ha marcado un punto de inflexión para las infraestructuras tecnológicas, que ya estaban inmersas en iniciativas de cambio para lograr satisfacerlas crecientes necesidades uso, disponibilidad y gestión. Ahora, el nuevo contexto post COVID-19 requiere infraestructuras todavía más flexibles, más eficientes y mejor gobernadas.
Para ello, la nube se ha venido presentando como un destino atractivo para las organizaciones: 9 de cada 10 compañías reconocen tener como una de sus grandes prioridades para este año el desarrollo de una estrategia Cloud definida.
Sin embargo, todavía existen empresas que no ven tan claro cómo una migración de sus sistemas a la nube pueda ayudar a su organización como esperan. Para otras, incluso, la evolución hacia modelos Cloud no llega a cubrir enteramente las expectativas iniciales que tenían para su compañía:
Si después de una transformación de infraestructuras continúa existiendo un gap entre la necesidad inicial y los resultados obtenidos, tal vez no sea por el medio utilizado–pues Cloud no es más que un catalizador–, sino más bien por la ausencia de una estrategia de transformación más profunda que ponga el foco en:
En nuestro informe analizamos otros de los escenarios más comunes de nuestros clientes ligados a su palanca transformacional idónea, y reflexionamos sobre cómo debería ser actualmente una estrategia de transformación eficaz para alcanzar satisfactoriamente los objetivos de una compañía.