Gran parte de los planes de transformación digital que las empresas han acometido hasta la fecha se han centrado en modernizar los sistemas vinculados con el cliente y la operativa diaria.
En el contexto actual, las empresas que quieran mantener su competitividad necesitan dotarse de una mayor flexibilidad operativa y estratégica, que les permita dar respuesta rápida a los retos inmediatos y les proporcione mayor margen de maniobra en el medio plazo.
La manera de alcanzar esa flexibilidad pasa por dar el siguiente paso en el camino de la transformación de las organizaciones: la puesta al día del conjunto de aplicaciones que constituyen el corazón mismo del negocio.
Este proceso de innovación y modernización consiste en la traslación de los sistemas e infraestructuras tecnológicas de la empresa a la nube de Microsoft, de manera que las ventajas que aporta el cloud -agilidad, escalabilidad, versatilidad y resiliencia- queden a disposición de los objetivos del negocio.
El concepto de innovación de aplicaciones o, en otras palabras, la transición a la nube y adopción de tecnologías y arquitecturas modernas, ofrece un enorme potencial. Esta transición comprende tanto escenarios de modernización como el desarrollo de nuevas aplicaciones. Independientemente de la solución más apropiada en cada caso, la nube es el soporte óptimo para el desarrollo de las mejores prácticas y procesos empresariales.
La migración de la infraestructura tecnológica a la nube aporta a las empresas grandes beneficios, que se pueden sintetizar en: ahorro de costes, modernización, mayor escalabilidad y refuerzo de la seguridad. En definitiva, las organizaciones cloud serán las mejor preparadas para prosperar en mercados cada vez más competitivos.
¿Quieres conocer nuestra propuesta? Descarga el paper para acceder a la información completa.