
La democracia es tan fuerte como la hagamos- ¿Qué podemos hacer para proteger las elecciones?
La protección de las elecciones ante la amenaza de interferencia extranjera y la desinformación.
A continuación, presentamos el artículo escrito para Ideas for Democracy por Nad'a Kovalcikova sobre la protección de las elecciones ante los recientes casos de interferencia extranjera y desinformación.
Después de la interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2016 y los numerosos esfuerzos europeos contra la desinformación para proteger las elecciones al Parlamento Europeo de mayo pasado, la conciencia de la necesidad de garantizar la seguridad electoral ha aumentado sustancialmente. Por lo tanto, las próximas elecciones nacionales inevitablemente plantearán preguntas sobre la resiliencia de los procesos e instituciones democráticos. En Europa, los años de experiencia han contribuido significativamente al debate sobre la explotación de vulnerabilidades internas por parte de actores malignos, especialmente en torno a los períodos electorales. Como dijo el ex presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en su discurso sobre el Estado de la Unión de septiembre de 2018: “[E]n nuestro mundo online, el riesgo de interferencia y manipulación nunca ha sido tan alto. Es hora de actualizar nuestras reglas electorales con la era digital para proteger la democracia europea”. Sin embargo, no es suficiente prestar atención a tales preocupaciones y comenzar a abordarlas unos meses antes de que los ciudadanos voten. El trabajo debe cubrir el ciclo electoral completo y no puede comenzar ni detenerse con las elecciones.
El Informe de la Comisión Europea de este mes de junio sobre la implementación del Plan de Acción contra la Desinformación elogia la mejor coordinación de las autoridades electorales de los estados miembros de la UE y las medidas prácticas tomadas para aumentar la seguridad cibernética de la infraestructura electoral, en parte gracias a la Agencia Europea de Seguridad de la Información de la Red, creada en 2004. Las operaciones de información y los ataques cibernéticos no son nuevas amenazas, pero lleva mucho tiempo avanzar en el desarrollo de la resiliencia necesaria en nuestra era digitalizada en constante evolución. Todavía hay muchas medidas que se pueden implementar para hacer que los procesos e instituciones democráticos en Europa y en otros lugares sean más resilientes. Específicamente, los organismos nacionales y de la UE deben aumentar los recursos invertidos para contrarrestar las operaciones de influencia maligna extranjera y coordinar sus respuestas, incrementar las consecuencias de la interferencia extranjera, aprobar leyes para prohibir la financiación extranjera de los partidos políticos y compartir sistemáticamente información sobre la detección de estas amenazas. Se han destacado varias recomendaciones en el primer Plan de políticas de la Alliance for Securing Democracy (ASD) para contrarrestar la interferencia autoritaria en las democracias (2018), y otras se han agregado en el Plan de políticas europeas de ASD para contrarrestar las interferencias autoritarias en las democracias (2019). Ambos documentos ofrecen análisis exhaustivos del statu quo en los Estados Unidos y en Europa para defenderse de las amenazas de interferencia extranjera y proporcionan una hoja de ruta para asegurar las democracias de una manera más efectiva. Es necesario identificar y exponer la interferencia, aplicar las lecciones aprendidas y adoptar respuestas de políticas sostenibles para disuadir contra acciones malignas destinadas a socavar la democracia.
Lecciones clave y recomendaciones de políticas para contrarrestar la interferencia extranjera y la desinformación en las elecciones
Las elecciones al Parlamento Europeo no estuvieron libres de desinformación. El comportamiento fraudulento en las plataformas online - como el uso de cuentas falsas y programas autónomos conocidos como bots - intentó crear discordia pública mediante la difusión de numerosas narrativas y material divisivo sobre una variedad de temas que incluyen inmigración, nacionalismo y otras controversias locales. Este fenómeno ya no es nuevo. Se realizaron operaciones de desinformación similares contra elecciones estadounidenses y elecciones nacionales y referéndums en varias naciones europeas.
Sin embargo, las amenazas de seguridad para las democracias evolucionan continuamente a medida que los actores malignos adoptan nuevas herramientas y comportamientos para confundir, socavar y dividir a las sociedades democráticas. Los bots y trolls de ayer pueden sucumbir ante nuevos desarrollos tecnológicos. Exponer varias herramientas de interferencia ayuda a crear conciencia y comprender la amenaza de una manera más integral. También demuestra a aquellos que quieren dañar que son monitoreados de cerca, lo que puede servir como un elemento disuasorio para futuras actividades malignas. Las siguientes tres recomendaciones pueden servir como buenos modelos para aumentar la resiliencia social a estas amenazas.
Primero, es necesario mejorar la coordinación y el intercambio de información dentro y entre los gobiernos nacionales y con otras partes interesadas. Si bien muchos estados reconocen la amenaza y adoptan un enfoque proactivo para compartir inteligencia durante todo el ciclo electoral, otros la descuidan. Es necesario un trabajo sistemático y coherente con otras partes interesadas, incluido el sector privado, las organizaciones de medios y la sociedad civil para coordinar acciones, compartir conocimientos e implementar herramientas existentes y nuevas de manera efectiva. El trabajo de la Agencia Sueca de Contingencias Civiles, que expuso inteligencia recopilada sobre las campañas de desinformación de Rusia antes de las elecciones parlamentarias suecas del año pasado, a menudo se menciona para mostrar una buena práctica que podría ser considerada por otros países.
Se requiere una mayor coordinación interinstitucional entre los miembros del gobierno, así como entre los gobiernos nacionales y locales, para abordar la interferencia extranjera de manera oportuna, coordinada y más efectiva. La UE reforzaría su enfoque centralizando esfuerzos y construyendo una mejor percepción de amenazas en todas sus instituciones. Nombrar un coordinador de alto nivel para la interferencia extranjera, conectar acciones e insumos de varios sectores y de varios organismos de la UE que trabajan en estos temas, sincronizaría los esfuerzos, conceptualizaría mejor la amenaza completa y alinearía los objetivos de las políticas. El relativamente nuevo Sistema de Alerta Rápida establecido para detectar mejor el comportamiento fraudulento y compartir inteligencia relevante entre los aliados de manera oportuna y segura, es un paso en la dirección correcta para lograr una mejor coordinación y una respuesta efectiva a las amenazas online. Para ser más efectivos, los estados deben estandarizar sus canales de comunicación y sistematizar el intercambio de información. Un punto de contacto centralizado y un mecanismo para rastrear y analizar las amenazas asimétricas a nivel nacional también romperían los silos dentro y entre las burocracias para identificar y contrarrestar de manera más integral la interferencia extranjera.
En segundo lugar, los medios de comunicación deben permanecer vigilantes en sus informes políticos para garantizar que la efectividad de las operaciones de interferencia no mejore inadvertidamente, y deben apoyar el periodismo de investigación a través de medios financieros adecuados y garantizar el apoyo legal. El periodismo de calidad es esencial para una esfera pública saludable. Los medios de comunicación juegan un papel central en la protección de las democracias contra la desinformación, ya que pueden contribuir de manera efectiva a minimizar la reproducción o amplificación de la desinformación, y maximizar las noticias de calidad verificadas. Las organizaciones de medios y los periodistas deben mejorar su transparencia y reconstruir la confianza con el público a través de una variedad de formas, incluido el uso de verificación de hechos, transparencia sobre la propiedad y el financiamiento, y proporcionar información pública sobre su código de conducta editorial. Además, deben evitar la difusión de noticias sensacionalistas no verificadas o pirateada sin mayor precaución, proporcionar explicadores y contexto a los lectores para comprender mejor las historias multifacéticas y mejorar el periodismo local.
Finalmente, las plataformas de redes sociales necesitan implementar políticas sólidas para identificar y cerrar cuentas falsificadas. Algunas de las tácticas más perjudiciales de la Agencia Rusa de Investigación de Internet utilizaron las redes sociales y las plataformas de información online. Las principales plataformas con alta concentración de poder no están sujetas a regulación como compañías de medios o servicios públicos. Sin embargo, las empresas de redes sociales deberían centrarse principalmente en identificar actores malignos y comportamientos fraudulentos utilizados para manipular y engañar a los usuarios de internet, así como los esfuerzos de desinformación de ciertos actores y el discurso de odio. Antes de las elecciones al Parlamento Europeo en mayo, Facebook cambió su política de anuncios políticos para evitar la interferencia extranjera en las elecciones nacionales a través de su plataforma. Por bien intencionada que haya sido la política, no reconoció diferencias importantes entre los entornos electorales. Por ejemplo, la campaña electoral del Parlamento Europeo es realizada por grupos políticos paneuropeos y es necesario garantizar que se escuchen las voces legítimas presentes en las fronteras de los estados miembros de la UE. La política, incluso con exenciones otorgadas posteriormente, representa restricciones a las campañas transfronterizas legítimas dentro de la UE, que son cruciales para crear conciencia y compartir información con los votantes por los grupos políticos paneuropeos registrados en Bélgica. Dichas decisiones deben llevarse a cabo de manera coherente y coordinada con otras partes interesadas relevantes. El hecho de que las instituciones de la UE escribieran una carta pidiéndole a Facebook que cambiara dicha política muestra que los responsables políticos de la UE no toman a la ligera estas políticas de publicidad política. También muestra la necesidad potencial de regular las compañías de redes sociales en lugar de dejar que se regulen a sí mismas. Los administradores de campaña de los partidos políticos de la UE encontraron esta nueva política publicitaria problemática en términos de obstaculizar el diálogo y les obligaron a reevaluar sus estrategias de campaña unas pocas semanas antes de las elecciones al Parlamento Europeo.
La regulación de estos gigantes no es una tarea fácil, pero de forma voluntaria deben cumplir a fondo sus compromisos en virtud del Código de Práctica sobre Desinformación de la UE y proporcionar a los responsables políticos información y actualizaciones adecuadas y contextualizadas para facilitar la implementación del código. Esto debería conducir a mejoras de las herramientas existentes para contrarrestar la interferencia que socava los procesos y sistemas democráticos. Sin embargo, en última instancia, las herramientas legales no vinculantes, como el Código de Prácticas sobre Desinformación, están lejos de ser suficientes, y aún se necesita mucho más progreso para responsabilizar a las plataformas tecnológicas. El progreso debería abarcar una mayor transparencia de los anuncios políticos, revelar métodos de detección de conductas no auténticas online y una cooperación oportuna y coherente con otros actores, incluidos investigadores independientes.
Mejorar la colaboración entre las instituciones de la UE, los gobiernos, los actores privados y otras partes interesadas relevantes, como los medios de comunicación y la sociedad civil, conducirá a una protección más sólida de los sistemas electorales y los procesos democráticos. Los ciudadanos y actores democráticos también deberían utilizar mejor las herramientas, la capacidad y los derechos para abordar la eficiencia y las restantes vulnerabilidades de las políticas, instituciones y procesos actuales. Hacer una votación para seleccionar representantes democráticos y un debate público saludable son una parte esencial de la democracia, y los ciudadanos deben votar y debatir libremente y a salvo de la interferencia autoritaria. Si la libertad y la seguridad son lo que más valoramos, debemos recordar que nuestra democracia es tan fuerte como la hacemos y tan resistente como todos la construimos.
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