
Interferencias electorales en la era digital
El mundo de los comicios está experimentando lo que se podría llamar un auténtico tsunami, en el que las amenazas híbridas han conseguido desafiar la resiliencia de nuestros procesos democráticos. Desde campañas de desinformación que tienen un impacto directo en el compromiso de los votantes, hasta ciberataques contra el recuento de votos y los sistemas de presentación de informes electorales; estos son los nuevos escenarios que afrontan los cuerpos electorales responsables de celebrar comicios precisos y seguros.
En este contexto, se puede percibir la tecnología como una vulnerabilidad y algunos países han preferido dejarla de lado y revertir el proceso electoral a los viejos tiempos de «lápiz y papel». El año pasado, Francia eliminó la votación electrónica para los ciudadanos residentes en el extranjero por temor a ciberataques y Holanda prohibió el software de transmisión de datos de escrutinios por temor a vulnerabilidades que podrían ser aprovechadas por piratas informáticos.
En Indra creemos que hay otras formas de proteger los sistemas electorales. Las organizaciones electorales de todo el mundo que necesitan soluciones con tecnología avanzada para respaldar sus procesos, desde el registro de votantes hasta el escrutinio y difusión de los resultados. Desde hace algunos años, además de ciberataques (la mayoría, ataques distribuidos de denegación del servicio e intentos de pirateo de la información, observamos amenazas más sofisticadas, como campañas de desinformación diseñadas para causar confusión entre los votantes o para dañar la reputación de la misma institución, una vía para socavar todo el proceso democrático. Estas campañas tienen una relación directa con el propósito de disuadir a los votantes de ir a la urna.
Es el momento de invertir en la investigación y desarrollo de nuevas líneas de trabajo para aportar soluciones eficaces. Nuestra experiencia nos dice que este nuevo entorno de amenazas no se puede afrontar únicamente desde la perspectiva de la protección. Requiere un enfoque estratégico en el que el seguimiento y análisis de las fuentes de datos públicos, la comprensión de las motivaciones y, por lo tanto, la prevención de los potenciales ataques son claves para brindar orientación a las organizaciones electorales en sus planes de prevención y reacción. Y este enfoque debe adaptarse caso por caso.
Es el momento de invertir en la investigación y desarrollo de nuevas líneas de trabajo para aportar soluciones eficaces.
El diseño de estos modelos estratégicos requiere un conjunto de conocimientos, tecnología y análisis detallados. Es preciso alimentarlos con herramientas avanzadas y combinarlos con conocimiento y comprensión del ecosistema de las elecciones y de las estrategias de comunicación. Para las organizaciones electorales es difícil conseguir un enfoque de habilidades multidisciplinares a nivel interno. Nuestra responsabilidad como actores del sector es llenar este vacío y proporcionar una visión estratégica sobre la interferencia en los comicios para apoyar a estas organizaciones en la prevención y el despliegue de contramedidas contra posibles ataques.
Agradecemos la oportunidad que nos brinda el Centro Europeo de Estrategia Política de compartir nuestras experiencias en el evento Election Interference in the Digital Age. Especialmente ahora, que hay tanto en juego.
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