
Elecciones, salud pública y salud democrática
Todo cambia. Es evidente que la crisis en la que estamos envueltos implica cambios. No obstante, la cuestión no reside en el cambio, que se da por hecho, reside en la profundidad y en las consecuencias del mismo. No hay que olvidar que no sería la primera vez que los cambios provocados por las crisis vienen a paliar defectos previos, asignaturas pendientes de nuestra sociedad que, posteriormente, se han quedado como prácticas consolidadas, como buenas prácticas.
En el caso de los procesos electorales, el cambio profundo ya se ha producido.
Según International IDEA (1) gran parte de las elecciones programadas a nivel mundial han sido pospuestas. A fecha 20 de abril de 2020, aproximadamente 51 países, estados o territorios las han pospuesto, mientras que otros 18 territorios mantienen el proceso electoral o están analizando la posibilidad de posponerlo.
Retrasar unas elecciones es un cambio profundo y no es una cuestión fácil. El Catedrático de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense Ángel J. Sánchez Navarro en su artículo “La suspensión de elecciones: un supuesto más que excepcional” (2) explica de forma brillante cómo la normativa electoral española no prevé una “suspensión” o “aplazamiento” de las elecciones convocadas. La Constitución española sí prevé expresamente supuestos (…) que justifican la declaración de los estados de alarma (…). De esta manera, para dejar sin efecto la celebración de elecciones se utiliza el mismo instrumento que para convocarlas. Un instrumento que se basa sobre un acto del Gobierno de la nación de la declaración del estado de alarma.
Pero, ¿qué consecuencias tiene el retraso de unas elecciones? Nuestro colaborador Javier García Colino en su artículo “Elecciones durante la pandemia del COVID-19” (3) apunta alguna de las implicaciones:
Diferentes expertos se han manifestado sobre el hecho de que tanto "seguir adelante con una elección [como] retrasar una elección conlleva riesgos, no sólo para la salud pública, sino también para la democracia" (Hollingsworth y Seo, 2020).
Toby James, profesor de ciencias políticas y política pública de la Universidad de East Anglia, declaró que "intuitivamente, creemos que posponer unas elecciones suena antidemocrático, [...] pero en realidad la democracia, de alguna manera, podría verse socavada por la celebración de unas elecciones [en estas circunstancias]".
Por otra parte, "las elecciones son necesarias para mantener la confianza del pueblo y la legitimidad de la legislación" (Hollingsworth y Seo, 2020). Por ejemplo, en Nueva Gales del Sur (Australia), el gobierno local aplazó las elecciones locales un año, lo que significa que los políticos permanecerán en el poder durante 12 meses más de lo que se suponía. Sri Lanka técnicamente no tiene parlamento en este momento. Las elecciones fueron convocadas para el 25 de abril. Dichas elecciones han sido canceladas, pero aún no hay una nueva fecha fijada. En este país se sitúan en un vacío legal aún por resolver.
En este entorno, entramos de lleno en el debate de interés:
1.- Evidentemente existen mecanismos para posponer elecciones, como lo demuestra el número de elecciones aplazadas a día de hoy, pero existe una dificultad legislativa en muchos casos y es necesario buscar elementos de emergencia, acuerdos entre partidos o alternativas poco utilizadas hasta el momento que den justificación y cauce administrativo a esta suspensión. No hay un modelo histórico.
2.- Desde un punto de vista meramente probabilístico, este aplazamiento podría provocar, en algunos casos, situaciones anómalas que afecten a la normalidad democrática: extensiones de plazos de gobierno no habilitados, vacíos de poder, y fijación de calendarios de restablecimiento electoral con objetivos partidistas, entre otros. Algunos ejemplos son los mencionados casos del estado de Nueva Gales del Sur o Sri Lanka.
Llegado a este punto, el debate no es salud pública versus salud democrática, entendida la salud democrática dentro de un concepto amplio de democracia sin restricciones provocadas por menoscabo de condiciones para el voto. No debería depender una de otra ya que existen mecanismos para que convivan ambas. Corea del Sur ha sido el ejemplo en este punto celebrando sus elecciones el pasado 15 de abril. Unas elecciones con más de 44 millones de votantes registrados y con una participación que superó el 65%.
En todo caso, no podemos con esto criticar las decisiones de posponer elecciones tomadas hasta ahora cuando estábamos inmersos en un mundo de dudas y sin referencias. Es ahora, una vez introducidos en la crisis y conociendo sus formas, cuando es necesario que los estados y las organizaciones planteen soluciones para que mantengan los derechos democráticos de los ciudadanos asegurando su salud y seguridad en la ejecución de estos derechos.
No debemos entender esta situación de crisis como única. Todo lo que ocurre puede volver a ocurrir o permanecer en el tiempo. En este contexto, como sociedad y como ciudadanos debemos aprender a realizar elecciones en contextos diferentes a los anteriores en los que estábamos acomodados. La fase post-COVID puede ser larga y se avecina un calendario electoral intenso.
Recientemente, Leandro Querido publicó un interesante artículo en Infobae titulado “Las elecciones, bajo el estrés de la pandemia” (4). En él se señala que los países con una robusta institucionalidad electoral estarán en mejores condiciones para adaptarse a este nuevo y complejo escenario que no afectará sólo al calendario electoral del 2020 sino también al de 2021.
Analicemos, por tanto, qué medidas parecen adecuadas para celebrar procesos electorales durante esta fase de crisis sanitaria y, sobre todo, en los meses posteriores, una vez aliviados (esperemos) de los momentos más duros de la pandemia.
Un nuevo escenario del proceso electoral
Atendiendo a las medidas profilácticas necesarias, el nuevo escenario del proceso electoral tiene que asegurar necesariamente dos aspectos: distancia social y barreras de protección. Debe tratar de evitar la concentración de ciudadanos, a la vez que garantizar las medidas de protección necesarias para los votantes y los organizadores.
Ante esto, las medidas se deben concentrar en los siguientes puntos:
- Digitalización de procesos, facilitando la realización de forma no presencial de las actividades del ciclo electoral que sean susceptibles de ello.
- Revisión de los procesos donde no sea posible (o conveniente) su digitalización para guardar las medidas de distanciamiento y barreras sanitarias recomendadas.
Ambas medidas tienen que ir necesariamente acompañadas de dos elementos que, si bien ya tenían protagonismo en los escenarios pre-pandemia, deben de reforzarse y quedarse definitivamente instaladas en las áreas de trabajo de los organismos electorales:
- Ciberseguridad. Esta transformación digital introducirá vulnerabilidades que requieren de un enfoque estratégico de seguridad para blindar la integridad de las elecciones.
- Comunicación. La comunicación es estratégica para generar confianza en la organización y promover la transparencia del proceso. En este nuevo escenario cobran protagonismo dos áreas de trabajo:
- La brecha digital obligará a diseñar iniciativas de comunicación para que la ciudadanía adopte mayoritariamente el cambio.
- Además, será urgente combatir la desinformación online (y fake news) con más información y transparencia.
Plan de comunicación, portal de información electoral y sistemas de monitorización de información y desinformación serán algunas de las herramientas a utilizar.
Con el objetivo de impulsar un mayor apalancamiento tecnológico (digitalización) para facilitar los procesos esenciales, enumeramos algunas alternativas ya disponibles en la actualidad, que están funcionando con éxito:
Impulso del voto por correspondencia.
El voto por correo, tal y como lo conocemos hoy, es un proceso que recurrentemente se expone como, burocrático, con deficiencias y caro. Muchos estudios recomiendan su evolución y/o re-formulación. En todo caso, al impulsarlo como medida para evitar concentraciones de personas en la jornada electoral, existen una serie de acciones que simplifican su burocracia, reducen costes y aumentarían el uso de este medio de voto.
- Habilitar aplicaciones online para la tramitación de la solicitud del voto por correspondencia.
- Habilitar aplicaciones online que permitan que cada elector solicitante del voto por correspondencia pueda imprimir sus papeletas desde su domicilio o en lugares autorizados para ello.
- Facilitar el envío (pre-pago) y establecimiento de canales físicos seguros y trazables del envío y recepción del voto.
Impulso del voto por internet.
Muchos países han desechado la adopción de esta tecnología en su sistema electoral, básicamente por problemas de seguridad o confianza después de experiencias más o menos fallidas. Es verdad que en algunos territorios se mantiene esta práctica y actualmente es habitual en colegios profesionales, universidades, sindicatos, clubs deportivos, etc. La tecnología blockchain ha aportado grandes avances en la confianza del voto por internet y, hoy por hoy, es una alternativa a considerar.
Se entiende que pocas sociedades están preparadas para celebrar unas elecciones completamente digitales, pero solo por ello, desestimar esta tecnología no parece adecuado. Los órganos competentes deben estudiar las opciones de uso del voto por internet, entre los que cabe destacar:
- Primarias de partidos. El voto por internet es la plataforma óptima para este tipo de elecciones.
- Voto en el extranjero. Habilitar mecanismos de votación por internet para aquellos ciudadanos nacionales que residen en el extranjero.
- Voto de personal ausente o con indisponibilidad laboral, médica…
- Alternativa al voto manual tradicional en determinadas condiciones para ciudadanos que expresen su deseo y confianza en este tipo de proceso. En Estonia, en 2019, el 44% de su electorado votó a través de medio telemáticos.
Impulso del voto electrónico (EVM)
Los sistemas de voto electrónico (EVM) llevan mucho tiempo implantados en muchos países como Brasil, India, y Estados Unidos. Sólo en 2010, en Brasil votaron 150 millones de ciudadanos con esta tecnología. Algunas críticas sobre la auditoría de los resultados se han resuelto adaptando las máquinas para que, a la vez que se selecciona la opción votada, se impriman las papeletas de voto y se depositen en una urna con el objetivo de posibilitar una verificación posterior de los resultados.
Estas máquinas electrónicas de votación (“quioscos”) reducen significativamente el personal necesario en la mesa o recinto electoral y, convenientemente distribuidos en lugares adaptados y adecuados, pueden reducir sustancialmente los aforos en los colegios electorales. Son útiles asimismo para consulados o centros militares, de internamiento y médicos, donde el votante pueda solicitar la forma de voto por anticipado.
Además de las opciones expuestas, hay más áreas de digitalización en un proceso electoral en pandemia o post-pandemia. Para no abundar en detalles, mencionamos a modo de recopilación algunas otras medidas que podrían aportar seguridad sanitaria al proceso, favoreciendo la distancia social y/o la disminución del número de ciudadanos o funcionarios concentrados en espacios electorales:
- Gestión de censo electoral. Habilitar sistemas de autogestión online para realizar reclamaciones y/u obtener la tarjeta de inscripción censal.
- Gestión de candidaturas y papeletas. Habilitar sistemas online para que los partidos políticos puedan presentar sus listas. Dichos sistemas también deben permitir que los apoderados e interventores puedan obtener sus credenciales.
- Gestión del personal colaborador de la administración electoral. Habilitar mecanismos de formación online para la correcta capacitación de los colaboradores de la administración y resto de personal involucrado.
- Utilización de sistemas de gestión electrónica de las mesas que permitan la identificación electrónica de electores como medio para acelerar la verificación de la identidad de los electores o el envío de documentación electrónica en sustitución de los envíos físicos de las actas, potenciando el uso de firmas digitales y plataformas de envío electrónico.
- Escrutinio definitivo. Habilitar mecanismos de video streaming para que toda la ciudadanía y los apoderados de los partidos puedan realizar el seguimiento en remoto de la sesión, permitiéndoles realizar las reclamaciones que estimen oportunas y estén contempladas en la ley electoral.
Como se ha comentado, estos son sólo algunos ejemplos que pretenden trasmitir cómo la utilización de la tecnología, adaptadas en todo caso a la realidad de los diferentes territorios, puede ser una herramienta de gran valor en el nuevo contexto.
Sobre revisión de los procesos donde no sea posible o rentable su digitalización para guardar las medidas de distanciamiento y barreras sanitarias recomendadas, es obligatorio seguir una meticulosa organización del evento electoral, disponer de un dispositivo logístico adecuado y una escrupulosa observación del cumplimiento de las medidas (Corea del Sur incorporó más de 20.000 funcionarios adicionales para el control de las medidas establecidas).
Una de las medidas más efectivas es el voto anticipado (Early voting). Además del comentado voto postal, podría ser recomendable designar colegios electorales donde los ciudadanos voten presencialmente en un periodo establecido previo al día electoral. Esta medida, que puede ser diseñada atendiendo a edades, condiciones u otros atributos del votante, alivia la confluencia de los colegios en el día electoral. Australia, Canadá, Finlandia y otros países lo tienen implantado tradicionalmente. Asimismo, Corea del Sur lo aplicó en sus elecciones del pasado 15 de abril.
El incremento del número de lugares de voto es otra medida a tener en cuenta, no sólo en clave nacional, sino también para los votantes residentes en el extranjero donde se han observado deficiencias en algunos casos. Recientemente en algunos procesos en Europa se han denunciado procesos donde había 1 urna para 40.000 votantes residentes en el extranjero (más de 6 horas de espera).
La utilización de mecanismos de control de aforo en los colegios desplegando tecnología automática de detección de personas o procedimientos manuales controlados por el representante de la administración, es importante en un entorno de control de concentración de personas.
En una situación donde puede haber un número superior de personas enfermas, personal aislado por cuarentena, electorado de edad avanzada para el que supone un riesgo salir a votar, se debe analizar la implantación del voto por delegación, que en muchas legislaciones electorales es de uso común. La legislación española, por ejemplo, lo recoge siempre que haya acta notarial que recoja esta delegación.
Además de estas medidas, existen otras medidas sanitarias de obligado cumplimiento como son el dotar a todo el personal que participe en el proceso con guantes y mascarillas, instalar mamparas protectoras de metacrilato para los funcionarios encargados del proceso en mesa, servicios de limpieza capaces de desinfectar las ubicaciones comunes con frecuencia, etc. En definitiva, todas las medidas profilácticas que determinen las autoridades sanitarias en el momento electoral.
Este artículo no pretende ser una crítica a las decisiones tomadas sobre aplazamiento de procesos electorales, ni una guía de uso de cómo se debe realizar un proceso electoral en el nuevo contexto de pandemia y post-pandemia. Existen aspectos económicos, legales y culturales de las geografías que no se pueden obviar y que no se analizan aquí. Sin embargo, es importante incidir en la necesidad de adecuar los procesos electorales al nuevo calendario y al contexto que se avecina durante 2020 y 2021.
A falta de modelo histórico, debemos alentar a las organizaciones a trabajar en alternativas. Repito una frase escrita previamente: Todo lo que ocurre puede volver a ocurrir o permanecer en el tiempo. Y debemos estar preparados.
Referencias:
(1) Institute for Democracy and Electoral Assistence. Elections and COVID-19 – Technical Paper. 26 March 2020. Revised 20 abril.
(2) https://www.minsait.com/ideasfordemocracy. Ideas for Democracy 7 abril 2020. Catedrático de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense Ángel J. Sánchez Navarro. Artículo: La suspensión de elecciones: un supuesto más que excepcional.
(3) https://www.minsait.com/ideasfordemocracy. Ideas for Democracy 22 abril 2020. Javier García Colino. Artículo: Elecciones durante la pandemia del COVID-19 .
(4) Infobae. Leandro Querido, director ejecutivo de Transparencia Electoral. Artículo “Las elecciones, bajo el estrés de la pandemia”. 20 de abril 2020.
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