
Elecciones en El Salvador
Dinámicas sociales que anticipaban el cambio
El domingo 3 de febrero se celebraron elecciones presidenciales en El Salvador, en las que Nayib Bukele, candidato de GANA, era elegido Presidente con un 53,7% de los votos. Esta victoria finalizaba un período de 30 años en los que el bipartidismo había estado gobernando el país salvadoreño.
Más allá de poner fin a la alternancia derecha-izquierda, las pasadas elecciones han evidenciado la relevancia de las nuevas tecnologías en los procesos electorales. La digitalización ha jugado un papel crucial en la victoria de Nayib Bukele, que no se puede entender como un fenómeno aislado. De hecho, expertos en política Latinoamericana sitúan a Bukele dentro de una ola de nuevas candidaturas en la región que se caracterizan por estar encabezadas por un líder que representa la ruptura con la vieja política y que se apoya en las nuevas tecnologías[1].
Estos expertos coinciden en que el liderazgo de Bukele ha aparecido en un momento de crisis y desgaste de los partidos tradicionales, en el que la población muestra malestar y desafección política. Siguiendo la tendencia de la nueva política, la campaña se ha basado en un discurso centrado en el compromiso por la transparencia y la lucha contra la corrupción que, como adelantábamos en un artículo anterior, es la principal preocupación social en El Salvador.
La relevancia de plataformas como Twitter incrementó tras la decisión del candidato de GANA de no acudir a algunos de los debates presidenciales que organizaban los medios de comunicación tradicionales de El Salvador. A diferencia del resto de candidatos, sus esfuerzos se centraron en las redes sociales, donde se mostró especialmente activo durante todo el período de campaña.
Es por eso que, con el fin de comprender y analizar nuevas dimensiones del proceso electoral que ha transformado el panorama político salvadoreño, en el equipo de inteligencia electoral de Minsait-INDRA hemos realizado un análisis de la conversación en plataformas digitales en torno a los candidatos en las elecciones presidenciales de El Salvador. En nuestra investigación hemos analizado datos extraídos desde cuatro días antes de las elecciones hasta el cierre de los colegios electorales el día 3 de febrero. Este análisis nos ha permitido identificar tanto las comunidades que se han formado en torno a los candidatos presidenciales, como las principales redes temáticas que han dominado la conversación electoral en las plataformas sociales digitales.

El análisis de las comunidades en redes sociales representado en la imagen 1 revela la presencia de tres comunidades clave. Por un lado, una comunidad marcada en color verde, que representa la comunidad formada alrededor de Carlos Calleja, candidato de ARENA. Por otro lado, destaca una comunidad más pequeña en color rojo, que se corresponde con los simpatizantes de Hugo Martínez, candidato del FMLN. Por último, destaca una comunidad más heterogénea, de mayor tamaño, pero compuesta por varias comunidades más pequeñas. Esta agrupación de usuarios es la que apoya a Bukele y a su partido GANA.
Este análisis es bastante ilustrativo de lo que sucedió en las urnas. En las imágenes 2 y 3 se puede observar como las comunidades de los partidos tradicionales salvadoreños no sólo tienen un menor tamaño en redes sociales, sino que además su situación no es próxima al centro. Esto es, a pesar del gran nivel de interconexión entre los miembros de su comunidad, no tienen capacidad de influencia más allá de su comunidad de fieles, y por tanto la posibilidad de seducción de sectores no alineados es menor, dando lugar a un fenómeno que se conoce como "cámaras de eco"[2]. Como consecuencia, estos grupos políticos encuentran más dificultad para que su discurso alcance una gran difusión a través de las redes sociales. La probabilidad de viralización de los mensajes de los partidos tradicionales es pequeña en comparación con el alcance de los mensajes de Bukele.


El análisis del impacto que genera la comunidad de simpatizantes de Nayib Bukele y GANA sugiere que, a pesar de tener una menor densidad de conexiones entre sí, son capaces de lograr un mayor alcance con sus mensajes en redes sociales, ya que cuenta con enlaces con otras comunidades más alejadas. Esto es clave para asegurar la difusión de su discurso político entre diferentes sectores de la población, y puede haber sido crucial a la hora de conseguir apoyos entre un sector más heterogéneo de ciudadanos.

Este análisis sugiere que la heterogeneidad de los simpatizantes con Bukele se debe, en parte, a la capacidad de incorporar en su discurso político a sectores anteriormente no alineados. En otras palabras, sus mensajes llegaron a la población no identificada con los partidos tradicionales y tuvo la capacidad de transformar esa comunicación en votos hacia su candidatura. Además, es importante destacar que la candidatura de GANA se construyó alrededor de la figura de Nayib Bukele, lo que provoca que dentro de la misma comunidad existan grupos más próximos al perfil del candidato (naranja), mientras que otros se sitúan más cercanos al movimiento Hagamos Historia, que tenía entre sus objetivos poner fin al bipartidismo y a la corrupción en El Salvador (azul).
El hecho de que la campaña de Bukele se haya centrado en el tema de la corrupción es muy revelador al explicar la heterogeneidad entre sus simpatizantes y su capacidad de influencia más allá de las fronteras ideológicas de su partido. El propio Bukele aseguró durante la campaña no identificarse con ninguna ideología, sino con la lucha por causas concretas como acabar con la corrupción. De esta forma, la corrupción se convirtió en el punto nodal alrededor del que se construyó una mayoría que acabó dando el triunfo a GANA. En otras palabras, las diferencias a priori que había entre los grupos que apoyaban la candidatura de Bukele fueron canceladas en tanto que la lucha contra la corrupción y el bipartidismo se convertía en el punto de encuentro de todas sus demandas políticas. Esto no quiere decir que los votantes se conviertan en un grupo homogéneo en el que desaparecen sus diferencias, sino que el punto nodal (en este caso, la lucha contra la corrupción) actúa como un nexo compartido alrededor del que se articulan los grupos particulares [3].
El análisis temático de la conversación social en redes digitales refuerza esta hipótesis. En la imagen 5 se pueden identificar las principales redes temáticas que dominaron la conversación en redes sociales los días anteriores a las elecciones. Como se puede observar, la corrupción y los sobresueldos de los anteriores presidentes fueron los temas que generaron más volumen de conversación (en azul). Esto muestra de nuevo que un manejo eficaz de las redes sociales – y la capacidad de influenciar diferentes comunidades digitales – es una pieza clave para la construcción de mayorías electorales.

En conclusión, el análisis de comunidades y redes temáticas utilizando técnicas y metodologías de análisis propias de la comunicación social y las ciencias políticas, permiten explorar nuevos aspectos que resultan determinantes para comprender las dinámicas electorales en la era de la digitalización.
Para acceder a información más detallada de este estudio, contactar aquí.
[1] http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/ari13-2019-malamud-nunez-elecciones-el-salvador-fiel-reflejo-momento-politico-latinoamerica
[2] Granovetter, M. S. (1973). The strength of weak ties. American journal of sociology, 78(6), 1360-1380.
[3] Este análisis está basado en el modelo de análisis del discurso que Laclau y Mouffe desarrollaron como parte de la escuela de Essex
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