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¿Nos estamos olvidando de lo fundamental en las próximas elecciones europeas?
Artículo 11 de Enero de 2019
¿Nos estamos olvidando de lo fundamental en las próximas elecciones europeas?

¿Nos estamos olvidando de lo fundamental en las próximas elecciones europeas?

Cristina Frutos López

Cristina Frutos López

Responsable de Operaciones Europeas - Elecciones

Seguridad, desinformación, fake news, resiliencia, protección, ciber-amenazas, ciberseguridad, redes sociales, algoritmos, bots, trolls, inteligencia artificial, machine learning, hackeos, micro-targeting…

Cristina Frutos López

Cristina Frutos López

Responsable de Operaciones Europeas - Elecciones
Elecciones Voto omnicanal

 

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Si generásemos la nube de palabras con los términos más relevantes de cara a las próximas elecciones al Parlamento Europeo, estos serían los que aparecerían en el centro de la imagen. Y, sin embargo, estas palabras no son las propias de un entorno electoral tradicional. Hasta hace unos pocos años, las elecciones se centraban en votar, candidatos, campañas, participación, registro de votantes y resultados.

Bienvenidos a la Era de la digitalización.

La digitalización ha afectado a casi todos los aspectos de nuestra vida diaria. No importa la edad, el lugar de residencia, formación o profesión: nuestras vidas no se pueden entender sin el uso de la tecnología.

Aunque los beneficios de la transformación digital en las sociedades modernas son innegables, estamos empezando a lidiar con los complejos desafíos que nos plantea. La seguridad y la protección se encuentran en el núcleo de estos desafíos; pero también la integridad electoral.

En los últimos siete años, la amenaza a la integridad electoral ha aumentado. Durante este período se han denunciado ciberataques en al menos 18 países de todo el mundo, algunos de ellos en la Unión Europea[1]. Y esto es sólo la punta del iceberg.  Aquellas amenazas que influyen en el comportamiento electoral, como la desinformación o las fake news, son otras de las grandes preocupaciones que aún no cuantificamos ni conocemos en su totalidad.

La Comisión Europea, junto con los Estados miembros del Parlamento Europeo, está liderando el desarrollo de un ambicioso plan para proteger la integridad de nuestros procesos electorales. Su trabajo se centra en tres áreas: la concienciación, el aumento de la protección contra fallos de ciberseguridad, y la lucha contra la desinformación online[2].

Es decir, los gobiernos y las autoridades electorales se centran en la seguridad, en generar confianza y demostrar la resiliencia de nuestras elecciones.

Una vez que esto se haya conseguido, el próximo paso ha de ser la utilización de una tecnología que permita poner las elecciones al nivel de transformación digital que está experimentando nuestra sociedad. En el actual panorama electoral, la tecnología se percibe como una vulnerabilidad y, comprensiblemente, las autoridades electorales están adoptando una posición conservadora, frenando la implantación de soluciones innovadoras para la votación y el conteo.

¿Cuáles son las consecuencias de dejar las elecciones en un segundo plano dentro de este rápido proceso de cambio que están experimentando las sociedades digitales?

Para tratar de dar una respuesta a esta pregunta retomaré el ejemplo de las elecciones europeas. El análisis post-electoral de las elecciones de 2014 muestra que las tasas de abstención de los nativos digitales (con edades de entre 18 y 24 años) y estudiantes (hasta 30 años), eran del 72% y 63% respectivamente[3]. La desafección parece afectar profundamente a estos grupos de votantes, lo que sugiere la necesidad de adoptar un lenguaje digital que permita volver a conectar con los jóvenes.

Además, a pesar de que las razones detrás de las altas tasas de abstención entre la gente joven son complejas, es cierto que en la mayoría de los países europeos la experiencia del “voter journey” no incentiva su participación. Los nativos digitales se relacionan con el mundo que les rodea a través de tecnologías que facilitan sus vidas; en términos electorales, “facilitar” se traduciría por “elecciones omni-canal”. Esto consistiría en la posibilidad de votar en cualquier colegio electoral del distrito, a través de canales de voto remoto seguros, aplicaciones para móviles o voto postal. Además, el votante podría cambiar de un canal de voto a otro sin que se generase ninguna fricción.

¿Cómo pueden los gobiernos y las autoridades electorales equilibrar la necesidad de asegurar y proteger nuestras elecciones con la implementación de nuevas formas de votación y tecnologías más acordes al mundo digital?

Quizás la UE tiene un cierto valor añadido en esta tarea que puede aportar a este proyecto transformador, dada la sofisticación de la tecnología y de las posibles amenazas involucradas, la inversión a larga escala requerida, y la necesidad de soluciones que fluyan a través de todos los Estados miembros. Además, una iniciativa que impulse el desarrollo de tecnología de voto seguro liderada por la UE, estaría alineada a la estrategia digital de mercado único y brindaría la confianza que los votantes europeos requieren, ayudando a traer las elecciones al Siglo XXI.


[1]NIS Cooperation Group. “Compendium on Cyber Security of Election Technology” CG Publication 03/2018. July 2018

 

[2] "Commission Recommendation on election cooperation networks, online transparency, protection against cybersecurity incidents and fighting disinformation campaigns in the context of elections to the European Parliament. A contribution from the European Commission to the Leaders' meeting in Salzburg on 19-20 September" 2018. C(2018) 5949 Final (12.9.2018)

 [3]European Parliament Directorate General for Communication. Public Opinion Monitoring Unit. Review- European and National Elections Figured Out. Special edition (November 2014) 2014 European elections

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