
Discapacidad Visual y Sufragio Universal
Cómo la tecnología puede ayudar a ejercer el derecho a voto a las personas con discapacidad visual
Nunca ha sido tan importante como ahora considerarse parte activa en muchos de los procesos relacionados con los cambios sociales que estamos viviendo en estos últimos 15 años, gracias al advenimiento de las nuevas herramientas tecnológicas y su interconexión a Internet. A través de nuestros teléfonos móviles disponemos de mecanismos para comunicar, casi al instante nuestras ideas, propuestas, quejas, etc. dentro de nuestros grupos de relación.
Desde luego, es apasionante que las personas podamos ser partícipes de nuestro destino, simplemente por el hecho de “participar”. Pues bien, queramos o no queramos, las personas con discapacidad visual, como parte activa de la sociedad, necesitan, desean, tienen el derecho y la necesidad de participar.
Para ello, es necesario seguir luchando para que las tecnologías de la información, cada vez con mayor rapidez, resuelvan y/o contemplen ya desde su nacimiento las recomendaciones de Accesibilidad Universal, por las que tanto se ha perseverado.
Cuando hablamos de participar en la sociedad, uno de sus máximos exponentes son los procesos electorales. Es cierto que la legislación española ha avanzado en los últimos años para garantizar el derecho de sufragio de las personas con discapacidad visual. Aun así, existe una serie de problemáticas que todavía habrá que resolver, que incluyen fundamentalmente:
- El acceso al lugar de votación.
- El acceso a la información.
- Ejecución del voto.
En la modalidad de voto remoto habrá que trabajar, desde un punto de vista generalista, con las mismas problemáticas, pero, al menos, podemos descartar una de las fundamentales de este proceso: “el acceso al lugar de votación”, aunque se compliquen otros aspectos inherentes a su ejecución remota y a la tecnología que habremos de utilizar.
Acceso al lugar de votación
El acceso al lugar de votación es una de las problemáticas que conlleva más abandono del ejercicio de sufragio por parte de las personas con discapacidad en general, sobre todo aquéllas con una mayor edad o poco contacto social en el que apoyarse. Pensemos que algunos colegios electorales no disponen de las características idóneas básicas en cuanto a aspectos esenciales, como la localización exacta del lugar de votación, el ruido ambiental, la movilidad en dicho lugar, el acceso a la información, etc., que hacen del entorno un ámbito complicado a la hora de ejercer este derecho.
Acceso a la información
Respecto al proceso de acceso a la información y ejecución del voto también existen muchos problemas a veces no tan fáciles de resolver. Aunque el Real Decreto1612/2007, de 7 de diciembre, regula un procedimiento de voto accesible que permite a las personas con discapacidad visual usuarias del sistema braille identificar su opción de voto, sin ser asistidas de una persona de su confianza y, por ello, con plenas garantías para el secreto del sufragio, en la práctica, no siempre suele ser así.
Todo depende de si la persona cuenta, o no, con la ayuda directa de algún colaborador o de algún personal de apoyo en las instalaciones del lugar de votación. Si no es así, las cosas se complican porque a nadie le gusta facilitar información sobre sus pensamientos, filiación o tendencias políticas a personas ajenas a su entorno próximo e incluso, en este caso, a veces tampoco es conveniente.
Es aquí donde la tecnología ahora tiene medios para facilitar esa información y poder ponerla al servicio de los usuarios, como puede ser algo tan sencillo como la consulta de una página web o la posibilidad de descarga de algún texto explicativo que permita su exploración por diferentes medios. Se puede describir el lugar de votación para que, con la mínima ayuda, el votante se pueda acercar a la mesa donde identificarse y entregar el voto. También la tecnología ofrece posibilidades para ayudarnos en el desplazamiento por el interior del recinto y llegar al sitio adecuado para identificarnos y entregar nuestro voto. Se pueden utilizar sistemas de apoyo de guiado podotáctil, balizas sonoras y códigos ópticos especiales del tipo “NaviLens” u otros.
Ejecución del voto
De forma presencial, y gracias al Real Decreto 1612/2007, toda persona capaz de utilizar el sistema braille puede preparar su voto, como cualquier otro votante sin discapacidad, aunque para ello deba proceder a la solicitud previa para el envío del “Kit de votación” o solicitárselo al Presidente de su Mesa Electoral, opción que no siempre está disponible. Por el momento no existen otros métodos alternativos reconocidos de forma oficial para la ejecución del voto.
Como solución a esta problemática, sería posible preparar nuevas papeletas, con toda la información de su contenido en un código QR, fácilmente identificable y escaneable por las personas con algún tipo de discapacidad. Un buen ejemplo se puede realizar con la tecnología VOICEYE. Esta posibilidad no es compleja de producir con los medios actuales, ni aumenta el coste de producción.
Si el voto pudiera prepararse desde algún terminal específico, donde se pudiera consultar la información, seleccionar la requerida, identificarse y efectuar el voto desde el propio terminal, dispondríamos de un entorno más amigable y perfectamente preparado para ejecutar el derecho al voto de una forma más moderna y actualizada. Dicho terminal dispondría de todas las modalidades de acceso a la información utilizadas: braille, síntesis de voz y ampliación de caracteres.
Si dicho terminal se pudiera simular a distancia, con cualquier tipo de dispositivo que garantice el acceso a la información, permitiera la identificación del votante, garantizara el secreto de voto y lo ejecutara con seguridad, no habría gran problema para que las personas con discapacidad pudieran ejercer el derecho al voto en un ámbito o modalidad adecuada.
En caso de ceguera y deficiencia visual, se podrían garantizar estos procesos si se cumplen las premisas básicas de Accesibilidad (por ejemplo, revisión de pantalla a través de síntesis de voz, ampliación de caracteres, braille electrónico etc.) y Usabilidad
Podemos concluir que la tecnología está madura para garantizar que los procesos de sufragio universal se puedan desarrollar para su utilización de la forma más adecuada en diferentes ámbitos y situaciones.
Si aplicamos sabiamente los estándares de accesibilidad universal estaremos muy cerca de conseguir esa tecnología accesible y usable que necesitamos para que todas las personas, sin excepción, carezcan de barreras a la hora de utilizar la misma tecnología. Para ello, solo hemos de apostar y contar con el concierto de autoridades, asociaciones de usuarios y de técnicos especializados en esta área.
Añadir comentario