
La reforma de la LOREG desde la perspectiva de la tecnología
Seminario sobre las regulaciones del uso de la tecnología en las campañas electorales
Vivimos tiempos hipertecnologizados y debemos observar y aceptar los numerosos cambios que se van produciendo. Modificaciones en nuestra vida diaria, en nuestras instituciones, en nuestros procesos clásicos participativos y, en definitiva, en nuestra democracia, protagonizan esta latente revolución. ¿Qué hacer frente a ello? Y, especialmente, frente a la ingente velocidad de estas transformaciones. Pues sin tener una única respuesta clara, cerrada, contundente y resolutiva cual bálsamo de fierabrás, sí sabemos que es necesaria la “reflexión”. Que andamos muy necesitados de espacios y grupos de análisis, capaces -por sus habilidades y pericia- de proporcionar ideas, respuestas, herramientas, normas y conclusiones, a modo de herramientas con las que enfrentar tal revolución tecnológica.
Presentamos por ello en tal sentido el espacio de reflexión que ha tenido lugar bajo el título: “La reforma de la LOREG desde la perspectiva de la tecnología”. Este seminario se desarrolló a lo largo de cuatro sesiones (los días 8, 15, 22 y 29 de Junio de 2021) de manera on line y dirigido por el profesor Rafael Rubio Nuñez, profesor Titular de Derecho constitucional de la Facultad de Derecho de la universidad complutense de Madrid.
Con motivo de la creación de la subcomisión de reforma de la Ley orgánica de régimen electoral general (LOREG) en la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados y del acuerdo 146/2021 de la Junta Electoral Central (JEC) en la que se señala la conveniencia de regular el papel de las plataformas tecnológicas durante los procesos electorales, el Instituto de Derecho Parlamentario (con la colaboración del Proyecto de Investigación “Garantías frente a la desinformación en procesos electorales”) organizó tales Jornadas poniendo en foco sobre la regulación del uso de la tecnología en la campaña electoral.
Son muchos los expertos y académicos de primer nivel que estuvieron reflexionando a lo largo de tales días. La primera sesión (8 de junio) se desarrolló a lo largo de dos grandes mesas que analizaron de manera global el desarrollo y evolución, así como sus múltiples reformas, de la LOREG. A su vez, se reflexionó sobre el creciente fenómeno de la “desinformación” en las actuales campañas electorales y la permanente demanda y necesidad de crear procedimientos capaces de combatir los efectos nocivos de tales amenazas para la libertad de expresión y el derecho a la información como garantes de procesos electorales fiables y justos. Figuras relevantes del ámbito académico, de la Agencia Española de protección de datos, la Comisión de Venecia, así como de la empresa Minsait, una compañía de Indra, pudieron conversar y compartir sus respectivas visiones de problemas de naturaleza multidisciplinar que, desde luego, requieren de respuestas heterogéneas.
La segunda sesión (15 de junio), se estructuró también en dos grandes ámbitos de trabajo: por un lado, el problema del tratamiento de los “datos” y el uso que de ellos las instituciones y actores públicos pueden y/o deben hacer, así como del reverso de tal moneda en el sentido de aquilatar los efectos de tales usos y tratamientos. Se reflexionó sobre el reciente caso de Cambridge analítica, así como de la sentencia del Tribunal Constitucional español sobre estos asuntos STC 79/2019; y, por otro lado, la última franja de la jornada se centró en los estándares internacionales y europeos enfocados en una opción regulatoria capaz de proporcionar equilibrio y seguridad a nivel nacional e internacional. Se presentó y reflexionó de manera especial sobre las expectativas que representa la nueva Digital Service Act (DSA) y los interrogantes y retos que pone sobre la mesa.
La tercera sesión celebrada (22 junio) tuvo como protagonista el papel de la Junta Electoral Central como organismo decisivo en la supervisión y garantía de los procesos electorales. Sus carencias y dificultades, así como su necesidad de nuevas herramientas normativas capaces de propiciar a la Junta herramientas en esta era tecnológica tan controvertida y exigente han sido objeto de profundas y ricas reflexiones. La desinformación y fakes en campaña deben ser susceptibles de vigilancia y observancia activa y efectiva por la Junta electoral central, para ello deben diseñarse potestades y herramientas. Esta realidad supera las fronteras nacionales y esta globalidad de peligros y amenazas fue objeto de estudio y trabajo en la última parte de la sesión: escenarios comparados como el mexicano, instituciones como el parlamento europeo como atento observador de tales problemas, u otros actores y organismos como el Real Instituto de análisis El Cano, aportaron sus experiencias y visiones a través de sus representantes.
Por último, (29 junio) la sesión dedicada al último peldaño del proceso electoral ciudadano, el ejercicio de sufragio. Ejercer el derecho de voto por medios electrónicos plantea diversos problemas que deben ser objeto de análisis y reflexión permanente. Hay mucho recorrido andado en e-voting o voto electrónico que constituye una experiencia rica y útil pero también existen importantes retos e interrogantes aún sin resolver. Asimismo, el censo electoral constituye una herramienta decisiva, a la hora de garantizar un voto universal y libre. El tratamiento de los datos, la necesidad de elaborar censos electorales que respondan a las exigencias democráticas en sociedades tecnológicas ha puesto sobre la mesa de análisis preguntas neurálgicas que deben velar y garantizar los derechos fundamentales y la fiabilidad de los procesos participativos.
Esta sesión estuvo dedicada también a presentar, como cierre de las jornadas, la “mesa de partidos políticos” encargados de integrar la subcomisión de reforma de la LOREG. Son los partidos y nuestros representantes en ello, quienes tienen la última responsabilidad de articular en esa subcomisión las mejores propuestas de reforma y las óptimas reflexiones que las avalen, de ahí el máximo interés en atender a sus reflexiones y propuestas.
La tecnología es una herramienta sin inteligencia (no olvidemos que tan sólo le prestamos los seres humanos la nuestra de manera “artificial”) y que actúa por excelencia muy rápido.
El pensamiento es una conducta humana, con un potencial inagotable y capaz de dar respuesta (también normativa) a cualquier reto, problema o escenario y que actúa despacio y de manera calmada.
Queda así constancia de la enorme relevancia e interés de estas Jornadas.
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